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El vacío que aún no he llenado

Un viejo proverbio dice que se hace camino al andar. La mayoría de la gente sabe que el éxito en cualquier proyecto valioso siempre toma tiempo y esfuerzo.


En estos primeros 4 años de camino recorrido con el seminario Yo Positivo siempre he mantenido clara la visión y la misión de este proyecto. A pesar de que la repito por escrito, en el libro, en el seminario, en cada momento social, siempre me queda un espacio vacío que aún no he podido llenar.


Nadie es perfecto. Y nadie tiene el derecho de juzgar a otras personas porque no conocen su corazón, su pasado, sus sufrimientos. En el corazón de cada persona reposa el deseo de ser feliz, de ser exitoso, de amar y ser amado, de ser saludable y vivir en paz y armonía.

Hay muchas personas que ya han logrado el éxito que querían, tienen el amor que esperaban, disfrutan de la salud que anhelan y viven en paz. Hay otros que están en la búsqueda, que quieren más de la vida, que sueñan con un futuro mejor para ellos y sus seres queridos.


Los sabios dicen que no puedes cambiar el mundo a tu alrededor, pero si puedes cambiar los ojos con que lo ves. Así que cambiando tu percepción de ti mismo, puedes cambiar tu mundo positivamente.

Algunas preguntas fundamentales que se desprenden de estos postulados son: ¿Qué percepción de mí mismo tengo en lo más profundo de mi interior? ¿Quién soy yo en realidad? ¿Qué quiero lograr con mi vida? ¿Cuál es mi misión en esta vida? ¿Podré vivir algún día como yo quiero?


Esas preguntas resuenan en la noche antes de dormir, en los momentos de ocio, en las mañanas, en los momentos de oración, en las conversaciones sinceras con amigos.

Yo Positivo ha sido diseñado para aquellos que quieren más. Los del corazón inquieto, los que están en la búsqueda de un mundo mejor. Para los transformadores idealistas que están dispuestos a arriesgar para servir al mundo; los padres que quieren ser mejores personas para ser mejores padres; los seres felices que quieren aún más felicidad para poder compartirla con su familia; los seres humildes que en silencio aportan su grano de arena para la construcción de un mundo mejor; las personas que han sufrido que están dispuestos a pagar el precio que sea necesario para transformar positivamente sus vidas. Para ustedes hemos construido un fin de semana transformador, lleno de energía, pasión y amor.


Mi sueño y el de todos los que nos acompañan en la organización del seminario es traer luz al corazón de los adultos, para que eduquen sus hijos en amor y cuando esos hijos crezcan puedan hacer lo mismo con las siguientes generaciones. Así traemos luz a este mundo.

El vacío que mencioné al inicio se refiere al mecanismo natural de defensa de las personas, donde presumen que asistir a un seminario de crecimiento personal como el nuestro, pasa el mensaje equivocado de que ellos están mal, que son perdedores y por ende van a perder su “buena imagen” ante la sociedad.


Y aún no logro ajustar el mensaje de nuestra misión para evitar esa percepción que evita que muchas más personas disfruten de un fin de semana transformador, lleno de amor y sabiduría. Será de acuerdo con la voluntad de Dios que ese conocimiento nos llegue, mientras tanto seguiremos nuestra cruzada siendo valientes y esforzándonos.


Por ahora me despido y volveré a escribir pronto.


Abrazos para todos los lectores y gracias por estos minutos que han dedicado a esta lectura.


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